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Una de las razones por las que las moquetas no son instaladas de forma más frecuente en las viviendas es porque asociamos las moquetas con lugares menos higiénicos. Nada más lejos de la realidad, ya que la moqueta con un buen mantenimiento es un revestimiento de suelos ideal y muy confortable.

En una entrada anterior hablamos de los mitos que existen en torno a las moquetas y las ventajas que estas pueden aportarnos a nuestro hogar. Tienen la capacidad de transformar cualquier ambiente en un lugar mucho más acogedor, aportando calidez y ese tacto especial al pisarlas. Además, amortiguan los ruidos tanto ambientales como de las pisadas. También evitan la acumulación de polvo en el aire, por lo que les vienen muy bien a las personas alérgicas o asmáticas.

Cómo mantener una moqueta

Las moquetas que fabricamos en Tarimas del Mundo están confeccionadas con materiales muy resistentes, que soportan bien el tránsito, las humedades y los malos olores. Pero como cualquier suelo, por muy resistente que sea, requiere de un mantenimiento para preservar su buen aspecto y su vida útil.

Lo más importante cuando tenemos una moqueta es ser conscientes de que nuestro mejor aliado a partir de ahora va a ser el aspirador. Mejor si este es potente y renovamos los filtros con frecuencia.

El aspirado debe realizarse con la frecuencia que sea necesaria. Va a depender de cuántos seamos en casa, de si tenemos animales y de otros factores que van a provocar más suciedad, como en cualquier otro suelo.

Por otro lado, cuando se produzca una mancha debemos eliminarla lo antes posible, ya que es bien sabido que las manchas viejas siempre van a ser más difíciles de eliminar.

  • Tenemos algunas excepciones:

En caso de que esté lloviendo y la moqueta se haya manchado con barro es conveniente dejar secar la mancha para no extenderla. El barro o la tierra al secarse, se hará añicos o polvo, y podremos limpiarlo sin mayores dificultades al pasar el aspirador.

Si se ha caído un chicle en nuestra moqueta y está pegado, no lo vamos a poder despegar a no ser que le apliquemos hielo. Sucede como con el barro, cuando el chicle se quede congelado se hará añicos y así podremos eliminarlo con facilidad. Lo mismo sucederá con otras sustancias que sean pegajosas.

Cada amplios periodos de tiempo podemos llevar a cabo una limpieza a fondo con maquinaria especializada, para lo que será mejor contratar a profesionales, expertos en este tipo de limpiezas.

Al igual que al tratar de eliminar una mancha de la ropa debemos conocer su origen para saber cuál será el mejor tratamiento.

Sí la mancha fue originada por un líquido, lo primero que debemos hacer es aplicar papel secante para eliminar la mayor parte del residuo. Después utilizaremos un trapo empapado un quitamanchas (puede ser comprado o de elaboración casera, según el origen de la mancha: el vino con agua y jabón, la orina con vinagre y agua), asegurándonos de que este producto sea apto para moquetas ya que algunos pueden ser muy fuertes y dañarla. Después procederemos a cepillarla enérgicamente con un cepillo de cerdas firmes, que suelen ser de poliéster y son especiales para moquetas y alfombras. En caso de que la mancha no haya sido eliminada, podemos repetir la operación.

En caso de líquidos como agua, o sí tras tratar de eliminar la mancha la zona se queda húmeda, podemos aplicar más papel secante o empelar un secador de pelo para acelerar el proceso.

Habrá casos en los que no podremos quitar la mancha por tratarse de una sustancia agresiva o por que a lo mejor se haya secado del todo. La última opción será sustituir el trozo de moqueta por otro nuevo. Lo mismo sucedería si se ha desgarrado o si se ha producido una quemadura. Para este proceso, colocaremos un cuadrado de moqueta encima del afectado, que utilizaremos como patrón y recortaremos a su alrededor. Quitaremos el trozo dañado colocando el nuevo en su lugar pegándolo con cola de contacto.

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