El verano ya ha llegado y durante los próximos meses pasaremos mucho tiempo en los espacios de exterior de nuestra casa. Terrazas o jardines se convierten ahora en nuestras estancias favoritas para cenar en familia, leer un buen libro o tomarnos un refresco en las tardes calurosas. Como ya hemos visto en entradas anteriores, las tarimas de exteriores son una gran opción para unificar estas zonas con las de interior. Obviamente, los materiales con los que se fabrican estos pavimentos deben de ser de calidad para mejorar su resistencia, teniendo en cuenta que están expuestos a los agentes externos y las condiciones climatológicas extremas.
Lo más habitual para los suelos de madera de exterior encontramos con frecuencia materiales como iroko o teka. Las tarimas sintéticas también son una opción adecuada, ya que son más económicas y su mantenimiento será mucho más sencillo. Sea como sea, esta última será una tarea necesaria para mantener los suelos de nuestra terraza, jardín o patio en el mejor estado posible.
En Tarimas del Mundo nuestros clientes nos consultan con frecuencia sobre cómo proceder para la limpieza de este tipo de tarimas. Evidentemente, no todos los suelos laminados son iguales. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el material del que se componen, aunque las tarimas de exterior podrán limpiarse con agua, independientemente de que sean de madera natural. Esto es así ya que están especialmente tratados para resistir la lluvia y la humedad sin deteriorarse.
La mejor opción para higienizar estos pavimentos es utilizar un cepillo, ligeramente humedecido. Incluso, en aquellos casos en los que encontremos grandes manchas, podremos frotar con una lija de grano fino sobre la superficie de la mancha, con el objetivo de eliminarla. Cuando los pavimentos sean de madera natural, será recomendable aplicar con cierta periodicidad una capa de aceite para hidratar los materiales de los que se compone. En este caso, es fundamental extenderlo bien para asegurarnos de cubrir toda la superficie.
Es importante evitar el barniz para estas superficies, que cerraría el poro de la madera y crearía una película superficial que podría dañar la tarima. La aplicación de aceite sobre las superficies de madera puede hacerse hasta dos veces al año, en primavera para preparar los espacios de exterior de cara al verano y en otoño para incrementar la resistencia de estos pavimentos durante el invierno.