Todo el mundo sabe que las alfombras y moquetas son el enemigo número uno de las personas con alergia al polvo o a los ácaros. Parece una verdad universal, pero no siempre es así, por ello en este post vamos a abordar esta cuestión y despejar todas tus dudas. Las alfombras son un elemento decorativo de gran valor dentro de la vivienda, sirven para hacer las estancias más cálidas y acogedoras. Si eres alérgico debes saber que ya no tienes que renunciar a estos textiles, existe una opción a tener en cuenta.
Lo primero en lo que deberemos reparar es que los responsables de nuestro malestar son los alérgenos. Nos referimos a las moléculas que estimulan nuestro sistema inmunitario con el objetivo de crear anticuerpos que, finalmente, se unirán a estos alérgenos produciendo la reacción alérgica. Existen muchos tipos de alérgenos, tantos como tipos de alergia, pero en este caso nos preocupan los ácaros, unos diminutos insectos que no se ven a simple vista pero que habitan en todas los hogares.
Los ácaros se esconden en elementos textiles como la ropa de cama o las alfombras. De ahí, la creencia extendida de que las alfombras no son adecuadas para los hogares donde habitan personas alérgicas. Sin embargo, las alfombras atraen los alérgenos como el polvo y los ácaros, por lo que disponer de ellas y limpiarlas periódicamente y de forma adecuada reduce notablemente el nivel de alérgenos en un determinado inmueble.
La mayoría de las alfombras que podemos encontrar actualmente en el mercado, se fabrican con hilos y tejidos especialmente tratados contra las polillas y los ácaros. Estas son las que conocemos como alfombras antialérgicas y, cabe destacar, que los ácaros que se depositan sobre ellas, no logran sobrevivir.
De todas formas, desde Tarimas del Mundo recomendamos limpiar las alfombras y moquetas de los hogares de personas alérgicas con más frecuencia de la habitual. Lo más adecuado es hacerlo cada dos o tres días para eliminar el polvo y los posibles ácaros que se hayan podido depositar en estos textiles. Al contrario de lo que pueda parecer, son de gran ayuda al concentrar los alérgenos, facilitando así su eliminación.