Los suelos aceitados o barnizados se diferencian en el acabado, en el mantenimiento y en el propio tratamiento de la madera.
El barniz se aplica de forma superficial cerrando los poros de la madera, mientras que el aceitado la nutre y la protege desde el interior.
En ambos casos, hablamos de suelos de madera natural, un elemento noble que aporta elegancia, naturalidad, calidez y confort a tu hogar.
Si quieres renovar el suelo de una estancia o instalar uno nuevo, puedes personalizarlo seleccionando el tipo de madera, el formato y el acabado a tu gusto.
En Tarimas del Mundo te explicamos las cualidades de cada uno de ellos para que elijas el parquet que más se ajuste a tus necesidades.
Suelos aceitados
Los suelos aceitados ofrecen la ventaja de que se puede tratar de forma local una zona más desgastada sin necesidad de trabajar toda la superficie.
Las tarimas aceitadas están tratadas con aceites que penetran en los poros de la madera para protegerla y nutrirla desde su interior. Este proceso aumenta su duración y la dota de mayor resistencia. En cuanto a su acabado, el aceite resalta la belleza de la madera de forma natural.
Los suelos aceitados requieren de un mantenimiento periódico para que luzcan como el primer día. Cada vivienda y cada suelo tiene sus propias peculiaridades, por lo que el desgaste será superior en unos u otros en función del tránsito. Por norma general, dicho mantenimiento oscila entre los 6 meses y los 2 años.
El barniz se aplica sobre la superficie del parquet sellando los poros de la madera. Su mantenimiento es menor que el de los suelos aceitados que precisan un tratamiento periódico a base de aceites.
Una ventaja es la facilidad de la limpieza y la resistencia al tráfico, en algunos casos más que los aceitados.
No obstante, cuando queremos recuperar un parquet barnizado es necesario realizar un proceso más complejo que consiste en lijarlo y aplicar de nuevo el barniz.
Hay que tener en cuenta que el barniz puede deteriorarse con el paso del tiempo, por la humedad, por la exposición a los rayos del sol que alteran el color de la madera, por el movimiento cotidiano de los muebles…
Recuperar la tarima de madera o acuchillar el parquet es una tarea que debe ser llevada a cabo por profesionales. No se pueden realizar reparaciones locales como en el caso de los suelos aceitados, porque la diferencia entre una zona tratada a otra que no lo ha sido resulta muy evidente. Como ejemplo puedes imaginar la diferencia entre dos estancias contiguas, una de las cuales ha sido acuchillada y tratada, y otra que no.
En cualquier caso, los arañazos muy superficiales o recónditos se pueden reparar con productos formulados para tal fin y evitan la intervención en toda la superficie.
En Tarimas del Mundo te aconsejamos que evites el exceso de humedad cuando limpies el parquet, independientemente de su acabado, y que utilices siempre productos formulados de forma específica para cada tipo de suelo.
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